Perdido en el mar de tu ausencia
y entre el silencio del tiempo,
atado al ir y venir de las horas.
Cuando en las noches eternas y frías
la oscuridad susurrsnte me enbuelve,
y en mi dormir delirante, tú no estas.
Entonces ¡vida mía!
pienso en ti.
En la soledad sin fin de mis días
y el palpitar del corazón que te quiere,
sin pedir nada, ni siquiera un te amo.
Entonces ¡amor mio!
pienso en ti.
y entre el silencio del tiempo,
atado al ir y venir de las horas.
Cuando en las noches eternas y frías
la oscuridad susurrsnte me enbuelve,
y en mi dormir delirante, tú no estas.
Entonces ¡vida mía!
pienso en ti.
En la soledad sin fin de mis días
y el palpitar del corazón que te quiere,
sin pedir nada, ni siquiera un te amo.
Entonces ¡amor mio!
pienso en ti.


Salvador, las metáforas, son geniales.
ResponderEliminarMe queda mucho por aprender sobre el tema, (y sobre otras muchas cosas).
Mis felicitaciones por delante, y mi agradecimiento
Un abrazo
Mar
Hola Mar, celebro que te guste lo que escribo
ResponderEliminargracias por tus palabras, y por darme un poquito de tu tiempo.
Un beso
Salvador.