EL REGRESO

Salvad
Autor: Salvador negrete
música y voz: Lidia cortes(Liel)


Esperamé ya casi llega la hora
una tarde de diciembre,
cuando el sol se este  muriendo
y asomen las estrellas .Yo volveré
por años te añore en otra tierra
y a veces me doblego la tristeza,
cuando el llanto rasgo mi pecho
en el insondable silencio de mis noches.
Y le pedi a dios que me ayudara
cada vez que quise rendirme,
en esta espera tan ansiada y eterna.
Esperamé ya casi llega la hora
yo te amo siempre te he amado,
desde los albores del tiempo.
Emprendere el regreso por tanto soñado
mi corazón ya quiere volver a casa,
a tú amor y a tus calidos brazos.
Ya nada podrá detenerme
tan solo la insnsible muerte.


Delirio

Este ingrato silencio
que se pega a mis huesos
pudoroso amardoza mi memoria,
dejando mis pupilas sin colores.
Apacigua el clamor de tu nombre
lapida el volcán en reposo de mi cuerpo,
y horga en la abstinencia de mi  sexo.
Se lleva el oleaje bravío de mis manos
gelidas en la escarcha de tu cintura,
pueril y solemne me aleja de tu figura.
Calla este delirio de amarte entera
este silencio sin alma que me aterra,
y tú estas tan lejos.


              

Lamento de amor

Este es mi canto
que sale del corazón,
es mi alma desnuda
desesperado
lamento de amor.
Trémula locura de este sentir
que quiere verte,
eres equidad en mi agitado,
mar de sentimientos
donde te busco.
Ataviado con la holgura
de este amor.
Quisiera ser tu caballero
¡Hermosa reina mia!
La sonrisa de tu amanecer
donde converjan
todos tus besos, tu palpitar.
¡Oh, mi bien!
Cuanto pudiera quererte
qurria que tu fueras,
mi luna y yo tu sol.
Tú ansiad quimera 
tú principio y mi fin.

                         

La gota de agua y la roca

En subversivo acto de libertad
va la gota en atrevida odisea,
se resbala en sinuoso vals
¡Y al fin! se desprende y cae.


Y en la inercia de su vuelo
inocua, rompe la gravidez,
dibujando efímera en el aire
etérea estela de bella brisa.


La espera inerte en el tiempo
la roca, ¡Ychoca! cual fugaz,
bosquejo de hermosa danza
disperzando en pleno su belleza.


Se disuelve furtiva en mil formas
en suave lluvia, bañando a la roca,
puliendo su aspereza ancestral
la esculpe como aecilla, la moldea.


Y en el contorno de su ego
presume añejados sus orígenes
por la creación de esta tierra,
y paciente la roca espera
la siguiente gota.